Traducir e interpretar ¿es lo mismo?
Diferencias entre traducción e interpretación de lenguas.
Un traductor no es un intérprete. Un intérprete no es un traductor. Un mismo profesional puede ser a la vez traductor e intérprete.
Esto puede parecer un lío pero hay una clara diferencia entre ambas modalidades.
Imagina que tienes una visita de Alemania, que es mucho más que una visita de cortesía porque el representante alemán viene para cerrar un contrato importante. Te defiendes en inglés, pero la parte alemana prefiere ser atendida en su lengua y tú también. Un contrato no es cualquier cosa y un error de comprensión podría tener graves consecuencias para las posteriores relaciones comerciales.
Así que, necesitarás a un intérprete y llamas a ITSalamanca. El intérprete que te van a proponer es un intérprete de enlace, porque no hace falta cabinas y el intérprete se sentará con vosotros en la mesa de reunión y si tú te expresas en español, el profesional lo traducirá a alemán. Y al contrario. Si tu visita alemana habla en su lengua, el intérprete te traducirá en español su discurso. De esta manera, te aseguras de que ningún detalle se te escape y que te puedas centrar por completo en tu contrato y en tu futuro colaborador alemán. Te encuentras relajado y tu intérprete hace el trabajo con ambas lenguas de modo que os podáis comprender y captar todos los matices de la negociación.
Asistiendo a un congreso internacional también te puedes encontrar con intérpretes. Si hay ponentes de otros países, que hablen en sus lenguas, todo se puede complicar. Te defiendes en inglés y puedes entender el discurso del ponente. Pero hay ponencias interesantes en holandés, en alemán y en árabe. Aquí a lo mejor ya no te enterarías de nada sin la interpretación simultánea. En este tipo de reuniones, los intérpretes están trabajando desde unas cabinas insonorizadas y reciben el discurso original del ponente en sus cascos. Traducen simultáneamente al español. Tú recibes su traducción en tus cascos y podrás seguir perfectamente lo que el ponente explica en holandés, alemán o árabe. Una maravilla.
En este mismo congreso internacional, tú también presentarás una ponencia y ya que hablas bastante bien inglés, quieres que la mayoría de la gente te pueda comprender, así que decides presentarla en inglés. Ahora bien, a la hora de redactar tu ponencia, tienes algunas dificultades y dudas sobre algunos giros o determinada terminología en inglés. Necesitas tu ponencia en un perfecto inglés, así que llamas a ITSalamanca, porque ellos te aseguran un texto escrito por un traductor inglés nativo. El traductor va a escribir en inglés exactamente lo que tú hayas redactado en español. Y llegado el momento de presentar tu ponencia, leerás el texto entregado por el traductor. Y listo.
¿Un mismo profesional puede ser a la vez traductor e intérprete?
Así es. La formación universitaria difiere en la especialidad pero evidentemente, ambos profesionales, tanto traductores como intérpretes, deben ser perfectamente bilingües, es decir, dominan su lengua extranjera como un nativo.
El traductor se especializa en la comprensión y en la redacción de textos escritos. Podemos necesitar cualquier texto en otra lengua: una carta, un contrato, una sentencia, la declaración de la renta, un menú, un poema… El traductor te lo escribirá en la lengua que necesites. Cuidará la redacción, la ortografía, hasta los elementos culturales quedarán controlados.
Eso sí, puede tardar unos días, porque el traductor no es un ordenador, sino una persona, que necesita pensar, descansar y tomarse un café.
El intérprete se especializa en la lengua hablada. Escucha lo que dice un orador y lo transmite en el acto, o si es una interpretación consecutiva, presentará su discurso en la otra lengua a lo sumo en 5 minutos. Los intérpretes suelen tener una gran capacidad de concentración y facilidad de palabra.
La formación de un traductor y de un intérprete difiere, ya que el traductor se enfoca en el idioma escrito y el intérprete más bien la lengua hablada. Para ambas modalidades existen técnicas y herramientas distintas.
Hay intérpretes que también traducen textos escritos, o sea que son traductores. Existen menos traductores que al mismo tiempo trabajan como intérprete, porque la interpretación es muy estresante ya que el orador impone su ritmo a la traducción. Y no todos los traductores tienen esos nervios de acero.